LA SOCIEDAD LARVAL EN UN PROCESO DE METAMORFÓSIS
LA SOCIEDAD LARVAL EN UN PROCESO DE METAMORFÓSIS
El presente escrito pretende compartir una reseña crítica de una
extracción del documento Desarrollo Humano y Cultura: Una Visión Humanista de
la Diversidad, escrito por María Elena Figueroa Díaz en 2004, Doctora en
Ciencias Políticas y Sociales con Orientación en Sociología por la Universidad
Nacional Autónoma de México y profesora del Posgrado de Desarrollo Humano del
departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana, e instructora de
Conaculta.
El texto leído
proporciona información de diferentes autores que hacen referencia a las
acepciones del desarrollo humano, el desarrollo de la cultura, los promotores
culturales y la promoción cultural, así como el vínculo que existe entre
Desarrollo Humano y la Cultura.
La Doctora Figueroa se ha enriquecido desde varios
escenarios con respecto a la capacitación para la promoción cultural, tales
como la docencia, impartiendo cursos de Desarrollo Humano, trabajos en equipo, Desarrollo
Humano y Creatividad y Desarrollo Humano y Cultura. La Dra. Figueroa comenta
que aunque el mundo de la capacitación para la promoción cultural no ha sido
fácil, su experiencia ha sido muy positiva y de manera implícita podemos ver
que también ha sido muy enriquecedora ya que menciona que al encontrarse con
una diversidad de públicos, se ha visto en la necesidad de ajustar contenidos,
seleccionar dinámicas, repensar ideas y conceptos obvios, aceptados por unos
peor no por otros y con ello se ha visto obligada a ser autocrítica, aprender
de los otros sistemáticamente y no casarse con creencias o prejuicios.
En el texto
se lee la definición del Desarrollo Humano de acuerdo a la Organización de las
Naciones Unidas por la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO) y el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PENUD) como un indicador
que mide el grado de desarrollo del lugar donde se vive y las posibilidades de
las personas que habitan este lugar para desarrollarse plenamente en él como
seres humanos, tomando en cuenta tres rubros: educación, salud e ingreso per
cápita, así mismo toma en cuenta indicadores secundarios como lo son el número
de teatros, escuelas, museos, agua potable, ingesta de kilocalorías, entre
otras.
La definición
del Desarrollo Humano estipulada por la ONU y el PENUD me parecen importante
pero muy general, por lo que me gustaría agregar que es importante tomar en
cuenta las etapas por las que transita el ser humano desde su concepción hasta
su vejes, para así tener un panorama completo de lo que es cubrir las
necesidades que requiere el desarrollo humano.
Me
arriesgaría a decir que el desarrollo humano inicia desde la concepción ya que
el cigoto se divide en innumerables células que posteriormente se convierten en
un embrión, con el paso del tiempo este pasa a ser un feto, que de una u otra
manera responde a estímulos internos y externos, en esta etapa la madre de
manera voluntaria e involuntaria le cubre todas sus necesidades para su máximo
desarrollo, posteriormente llega el parto y el bebé nace y se convierte en un
individuo autónomo aunque muy dependiente, este necesitará de los adultos para
cubrir sus necesidades primarias. En esta etapa las necesidades para un
apropiado desarrollo humano son: la alimentación, el sueño, la higiene y la
seguridad.
Conforme el
niño va creciendo se va haciendo cada vez más independiente de sus padres y va
ganando auto confianza y con ello su desarrollo va pasando por diferentes
etapas y necesita, ahora, además de lo elemental para sobrevivir, el niño
requiere de servicios médicos, vivienda, vestido, actividad física, lúdica y educación.
Todo esto mientras desarrolla múltiples habilidades para un adecuado desarrollo social y
emocional.
Así mismo
en las siguientes etapas, como lo son la adolescencia, la adultez y la vejez,
el individuo tiene necesidades generales pero también específicas propias de la
etapa en la que éste se encuentre. Se puede decir que el desarrollo humano de
acuerdo a las diferentes etapas que cruzamos implica alcanzar “la capacidad de
desenvolvimiento de habilidades físicas y psicológicas que nos permiten
reconocer las emociones y sentimientos a través de la inteligencia emocional,
aprendiendo a controlar impulsos, a saber diferenciar entre lo bueno y lo malo,
aprender a tolerar la frustración, etc… Estas habilidades agregan mayor valor a
tu vida y a la sociedad. Gracias al desarrollo humano se forma una sinergia en
donde todos se benefician de las mejoras de la otra persona” (Ramírez, 2020).
Las
necesidades generales no siempre son cubiertas de manera personal, de estas son
parte responsables nuestros gobiernos, para lo cual crean políticas, programas
e invierten recursos económicos con la intensión de mejorar las condiciones de
vida de la sociedad en general.
En el
desarrollo humano, la cultura es fundamental, podemos decir que la cultura de
un individuo está predeterminada incluso antes de nacer ya que hay información
genética que pasa de una generación a otra, el bebé llega a un hogar en el cuál
puede ser compuesto por una familia con ciertas características, como madre soltera,
hermanos o hijo único, padres del mismo sexo, una nacionalidad que determina su
lengua materna, símbolos patrios, una religión adoptada por los padres, una
situación económica que determinará su estilo de vida, carencia u opulencia, un
clima que dictará el tipo de ropa que usará y hasta la manera de socializar ya
que entre más cálido el clima la gente llega a socializar más, entre más frio
el ambiente, la gente socializa menos, esto entre otros factores.
Figueroa
(2004). Habla de la dimensión cultural y señala que ésta es profundamente
humana y que es la que nos permite un crecimiento como seres con sentido, con
proyectos de vida, con valores y aspiraciones, deseosos de significado y de
proyección en nuestras creaciones y es muy acertada al citar al antropólogo
argentino Héctor Ariel Olmos que nos dice que la cultura se convierte en una
forma integral de vida, que da cuenta de las relaciones de los individuos con
su comunidad, con otras comunidades, con la naturaleza, con lo sagrado y
consigo mismos, dándole así sentido a su existencia.
Adrián
Marcelli hace énfasis en la existencia de un sólido vínculo entre el desarrollo
humano y la cultura y argumenta que las personas viven juntas, compiten,
trabajan, se contradicen de cierta manera y cooperan, es la cultura la que los
vincula, posibilitándoles el desarrollo personal y debo aceptar que coincido
completamente con él ya que creo que a aun cuando al nacer venimos marcados ya
por determinada cultura, al pasar del tiempo, con la convivencia diaria con nuestro
entorno familiar, escolar y laboral, nuestra cultura se va moldeando y muchas
de nuestras creencias, costumbres y hábitos, cambian, en ocasiones, estos solo
sufren adecuaciones, en otras, algunos de ellos son erradicados y muchos otros
se integran a nuestro estilo de vida.
A pesar de que la
lectura “Desarrollo Humano y Cultura: Una Visión Humanista de la Diversidad”
fue escrito en el año 2004, considero que sigue teniendo relevancia y que
quienes nos capacitamos para ser de alguna manera promotores de la cultura y el
Desarrollo Humano, nos podemos nutrir de ella como complemento a muchos otros
antecedentes, estudios y hallazgos que buscan promover el óptimo desarrollo
humano desde la educación y la cultura para un bien colectivo.
Considero que la cultura
es un factor fundamental en el desarrollo humano, sin embargo creo que es
urgente un mecanismo en el que tengamos una cultura en donde la educación es
humanista, y eduque realmente para la vida, no solamente contenidos teóricos,
gramaticales, numéricos, etc. Ante esto me parecen muy interesante las
aportaciones de Claudio Benjamín Naranjo Cohen, quien fue un psiquiatra y
escritor chileno que entre muchas otras cosas se dedicó al estudio de la
deshumanización de la educación.
El Dr. Naranjo nos dice
que la educación para su evolución social nos debería enseñar a vivir y aunque
se señala por la UNESCO que una de las funciones de la educación es el aporte a
la convivencia y el bien social, él considera que no está ocurriendo y menciona
que es urgente salir de una cultura que parece que va en círculos descendentes,
urge un cambio de consciencia por medio de una educación humana como es el
desarrollo humano, pero que no se quede solo plasmado en reformas que cambian
sexenio a sexenio.
Naranjo sugiere que es
necesario una educación que siga un modelo académico inspirado en la psicología
y la cultura y que se tenga una verdadera noción de transformación, dice que
los seres humanos somos como los insectos que atraviesan una metamorfosis y que
aunque en algún momento no aportamos mucho a la sociedad, llega el momento de
maduración y es cuando damos frutos, pero menciona que él no ve ese proceso de
metamorfosis en la sociedad actual y señala ver una sociedad larval, una
sociedad de gusanos que no sabe nada de su potencial de ser mariposas y cita a
Leonardo Boff que dice que somos gallinas que no saben que son águilas, nos
hemos criado como gallinas y menciona que pareciera que la educación se ocupara de mantener a la gente exigida y
ocupada, quitándole espacio mental para el ocio que es parte de la parte más
creativa de la vida, por lo que no nos damos el tiempo de cuestionarnos
siquiera nuestra existencia, si nos gusta ser gallinas o no. La educación
actual se encarga simplemente de decirnos qué está bien, qué está mal y a
adiestrarnos para seguir un patrón de conducta esperado.
El desarrollo humano, la cultura, la educación,
términos tan coloquiales como profundos y complejos, los tres entrelazados, ni
uno más importante que el otro. Lo que puedo rescatar es que todos los autores
que de una u otra manera nos hablaron por medio de este texto nos dejan una
gran responsabilidad que es el impulso del desarrollo humano a través de una
cultura de educación consciente y humanista que potencialice seres humanos
libres y responsables.
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